Financiación de REDD+: Algunas suposiciones contradictorias y otras emergentes
Tal y cómo se mencionó en el artículo Gestiones mundiales sobre el clima de este boletín, parece ser que los Estados parte para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) que se reunirán en Durban entre el 28 de noviembre y el 9 de diciembre de 2011, probablemente no llegarán a una decisión sobre el uso de la financiación pública y privada para la REDD+. Además se dijo que esta decisión se dejará aparentemente a la discreción de los gobiernos[i].
A pesar de que esta puede ser la “posición-no oficial” reforzada en Durban, existen cuatro factores principales en relación con la financiación de REDD+ que se deben tener en cuenta. En efecto, éstos fueron discutidos de manera muy amplia y provechosa en el reciente Undécimo Diálogo de la Iniciativa para los Derechos y Recursos (RRI por sus siglas en inglés) sobre Bosques, Gobernanza y Cambio Climático[ii] realizado en Londres el 12 de octubre 2011. En diferentes grados, estos cuatro asuntos están influenciando las emergentes preparaciones y negociaciones de REDD+ a un nivel internacional, nacional y de proyecto. Estos cuatro asuntos pueden ser resumidos así:
1. La garantía de los derechos de los pueblos indígenas es absolutamente central para la sostenibilidad de la REDD+. En términos de legalidad, los derechos necesitan ser respetados en todas las políticas forestales para que se puedan alcanzar las obligaciones legales de un país. Garantizar los derechos de los pueblos indígenas es también esencial para la efectividad de la REDD+, ya que se ha demostrado que es la mejor forma de proteger los recursos forestales. Los proponentes de los proyectos de carbono necesitan una mayor claridad sobre los asuntos de los derechos, y en particular sobre los derechos de propiedad y el consentimiento libre, previo e informado (CLPI), a fin de procesar las inversiones y reducir los posibles riesgos.
2. Cuando se evalúen los resultados sobre los cuales se deben basar los pagos para la REDD+, se deberán tomar cuenta los valores diferentes al carbono, incluyendo los valores relacionados con los medios de vida, la biodiversidad y la mitigación de la pobreza.
3. La perspectiva de un mercado mundial de carbono se está desvaneciendo rápidamente por una variedad de razones.[iii]
4. A pesar del punto anterior y aunque las preparaciones de la REDD+ son financiadas en gran medida a través del dinero público, algunos de los principales actores esperan aún que la REDD+ sea financiada abrumadoramente a través de compensaciones, vía el comercio del carbono.
Si los dos primeros puntos son aprobados en Durban, esto representaría un giro significativo y muy positivo que podría tener profundas implicaciones para la forma en la cual la REDD+ necesita ser financiada.
Ampliando la base sobre la cual se evaluarían los pagos de la REDD+
En un principio, el enfoque de la REDD+ se hacía sobre el carbono, y hasta ahora esto es lo que ha caracterizado el debate. Si se amplían los resultados sobre los cuales se pueden basar los pagos para la REDD+ más allá de este enfoque, se podría abrir un espacio crucial para una consideración intergubernamental más profunda acerca de los aspectos sociales, ambientales y de derechos conexos de la REDD+.
Garantizando los derechos de los pueblos de los bosques como elemento central de la REDD+
Debido al aumento en la evidencia científica[iv] de que los pueblos de los bosques son los que se encuentran en una mejor posición para proteger los bosques, la COP17de la CMNUCCC ofrece posibilidades para un reconocimiento adicional del papel positivo de los pueblos indígenas y de las comunidades dependientes de los bosques en la protección forestal y defensa del clima. Además, la COP17 ofrece la oportunidad de reconocer la necesidad de defender los derechos de los pueblos indígenas en conformidad con la ley internacional de derechos humanos[v].
El reconocimiento de que los pueblos de los bosques son los que se encuentran en una mejor posición para proteger los bosques implica además el reconocimiento de que los impulsores de la deforestación no son los pobres sino la tala industrial, las plantaciones y otras prácticas promovidas por actores económicos de gran escala. Muchas de las razones oficiales dadas para la formulación y aplicación de políticas de REDD+ (por ejemplo, en los documentos de preparación para REDD+ [R-PP] de muchos países) vienen de la suposición de que hay una necesidad de controlar el comportamiento de los pueblos pobres, de vigilarlos y/o compensarlos para asegurar que no usen las tierras de los bosques, en lugar de buscar cómo apoyarlos para defender sus bosques y desarrollar aún más sus medios de vida, que son los que los sostienen.
Por ejemplo, las R-PIN de Camerún (entregadas al Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCPF) del Banco Mundial en el 2008), declaran que la agricultura de roza y quema “es ciertamente responsable por la mayor pérdida de la cubierta forestal”. No obstante, la única referencia que apoya esta declaración es la de un informe del Banco Mundial (2008) que sugiere que los principales impulsores de la deforestación son la tala industrial y las plantaciones a gran escala que crean un paisaje degradado, en el que la agricultura a pequeña escala y la demanda de combustibles de madera se convierten en insostenibles[vi].
La evidencia muestra que los pueblos que poseen una relación estrecha con la tierra, particularmente los pueblos indígenas, protegen mucho mejor los ecosistemas en los que viven y de los que dependen. Además, muestran que es fundamental el garantizar y proteger sus derechos para que exista un desarrollo sustentable y una gestión sostenible. Por lo tanto, la pregunta es ¿cómo se pueden proteger los bosques de una mejor manera por medio de la garantía de los derechos de los pueblos de los bosques? Una respuesta a esta pregunta surgió de la reciente conferencia sobre la tenencia de la tierra realizada en Douala (Camerún), donde la atención se centró en la necesidad de garantizar que los sistemas jurídicos del Estado reconozcan y aseguren los derechos consuetudinarios de los pueblos indígenas y de las comunidades locales, en lugar de subordinarlos o comprometerlos de cualquier otra manera.[vii]
Más específicamente en relación con la financiación de la REDD+, surgieron unas recomendaciones claras del Undécimo Diálogo de la Iniciativa para los Derechos y Recursos (RRI), realizado en Londres en octubre pasado. Dichas recomendaciones decían que sería mejor que los gobiernos, como por ejemplo el del Reino Unido, dirigieran la financiación de REDD+ (ya asignada) a un Fondo dedicado para asegurar la tenencia de la tierra, incluyendo fondos para ayudar a los pueblos indígenas a que realicen el mapeo, la demarcación, y aseguren el reconocimiento legal de sus tierras forestales. Esto nos lleva de nuevo a los dos otros asuntos mencionados arriba.
¿Se financiará REDD+ a través del comercio de compensaciones en el mercado de carbono?
Mientras que existen muchas dudas sobre la viabilidad del mercado mundial de carbono forestal, los gobiernos, las compañías, las agencias de las Naciones Unidas y el Banco Mundial siguen presionando para que se utilice este enfoque financiero para la REDD+.
Gran parte del interés para desarrollar los marcos, los programas y los proyectos de la REDD+ ha venido de actores institucionales y de los gobiernos que ven que los programas y proyectos del clima y de los bosques deben financiarse en última instancia a través de la venta de compensaciones de carbono (generada por la supuesta protección de los bosques en los países en desarrollo) a las industrias y a los gobiernos que tienen obligaciones de reducir el carbono que emiten. Sin embargo, estos países e industrias no quieren o no pueden cumplir con estas obligaciones de reducción de sus emisiones.[viii]
El comercio de carbono no es solamente ineficaz en términos de enfrentar el cambio climático, sino que además es un enfoque que el público general probablemente no aceptará. La gente en Europa y en América ha visto cómo sus gobiernos han invertido el dinero público en las grandes instituciones financieras. Estas instituciones estaban al borde del colapso debido a que estaban comerciando en montones de deudas, sin que nadie pudiera distinguir entre una deuda que podría ser pagada y otra que nunca podrá serlo.
Invertir el dinero público en establecer la infraestructura que permita a las instituciones financieras comerciar en un producto similar, permisos y créditos de carbono, parecería muy poco sabio, por decir lo menos. Esto se debe a que la existencia de este producto dependería completamente de la capacidad de distinguir entre los diferentes esquemas de REDD+, en términos del grado en el que cada uno de ellos pueda demostrar que la pérdida forestal será menor de lo esperado, debido directamente a las actividades de cada esquema (es decir, el comercio de basa en la capacidad de cuantificar la “adicionalidad” de las diferentes actividades con estimaciones de la cantidades de carbono no-emitidas).
El enfoque en la financiación de los mercados de comercio de carbono está también fundado en suposiciones cuestionables acerca del costo mundial de la protección de los bosques, que estima que se necesitan grandes cantidades de dinero para tener sistemas efectivos, en lugar de estratégicamente utilizar fondos para afrontar a los impulsores de la deforestación y asegurar los derechos de los pueblos indígenas a sus tierras tradicionales de los bosques.
Basando los pagos de la REDD + en líneas de referencia histórica de la deforestación podría crear serias contradicciones. En algunos casos, este enfoque en las tasas de deforestación (en contraste con un enfoque en la protección de los bosques por medio de la garantía de los derechos de los pueblos indígenas) puede impulsar la deforestación en lugar de frenarla.
“En 2011 Noruega tuvo que revisar las líneas de referencia para su trato bilateral de US$ 250 millones de dólares con Guyana, establecidas hace solo dos años, en casi un 40%. Esto sucedió debido a la dificultad de obtener datos precisos sobre las tasas de deforestación anual en el país. Se probó que treinta y cuatro estimados originales de 0.1% a 0.4% estaban sobre estimados, luego de que un informe especialmente comisionado puso a la deforestación anual entre 1990 y 2009 en únicamente el 0.02%. La línea de referencia original hubiera permitido a Guyana aumentar su tasa de deforestación anual en casi 20 veces más, y todavía estar dentro de los límites acordados para pago”(2011: 14)[ix].
Esto significa que con los pagos de REDD+, entre más mal se haga usted ver más pagos va a obtener. Si por otro lado usted ha sido y quiere seguir siendo un buen guardián de su bosque, entonces obtendrá nada o muy poco. Los incentivos en este sistema tienen efectos perversos.
En tiempos económicos florecientes, los esquemas que aparecen en un auge así pueden ser muy aceptables. Sin embargo, en tiempos en los que la economía mundial se está saliendo de los rieles ¿sería aceptable utilizar la financiación pública para asegurar un mercado en algo que “no es un producto básico” (la ausencia de deforestación)?¿Es más posible ahora que el público del Norte apoye los enfoques que buscan garantizar los medios de vida para todos, incluyendo los pueblos de los bosques, en lugar de apoyar a aquellos basados en el desarrollo de un sistema en el cual los especuladores persiguen los beneficios basados en un producto extremadamente inestable? Estas preguntas pueden tener un impacto en rápido aumento sobre la forma en que se financia la REDD+, en Durban y más allá.
Mientras tanto, la pregunta que hacen los pueblos del Camerún es: ¿por qué ustedes no tratan con las causas de estas emisiones (sus industrias en el Norte) y nos apoyan para que protejamos nuestros bosques en el Sur? Estos pueblos señalan que sus formas de vida no han ocasionado daño a sus bosques, pero que por el contrario los han protegido, y que le darán la bienvenida a otras formas de financiación de REDD+ que los apoyen para que sigan con estas actividades, pero que no apoyarán las formas de financiación que promueven la destrucción de su bosque y que perpetúan su marginalización.[x]
[i] Informe sobre el grupo de contacto del GTE-CLP sobre la financiación de REDD+: actualización No.16, (solamente disponible en inglés) ver: http://www.twnside.org.sg/title2/climate/panama01.htm
[ii]Informe sobre el Undécimo Diálogo de la RRI: http://www.iisd.ca/ymb/rri/dfgcc11/html/ymbvol173num5e.html
[iii] ¿Diseñado para fracasar? Los conceptos, las prácticas y las controversias detrás del comercio de carbono, FERN: http://www.fern.org/designedtofail
REDD Y EL CARBONO DE LOS BOSQUES: Una crítica basada en el mercado y las recomendaciones, The Munden Project: http://www.mundenproject.com/forestcarbonreport2.pdf
CIFOR Blog: “3 sticking points to tackle on REDD+ in Durban, says facilitator”
[iv] Estudios de CIFOR y el Banco Mundial evaluados por expertos revelan que los bosques gestionados por comunidades son mejores para la conservación que las áreas estrictamente protegidas, FPP:
[v] Espejismos, FPP & FERN: http://www.forestpeoples.org/topics/forest-carbon-partnership-facility-fcpf/news/2011/03/press-release-world-bank-s-forest-climat
[vi] REDD los Derechos en Camerún, FPP: http://www.forestpeoples.org/topics/forest-carbon-partnership-facility/publication/2011/redd-and-rights-cameroon-review-treatment
[vii] Taller Regional de la ACRN (Red Africana de Derechos Comunitarios) en Douala:
[viii] El comercio de carbono: cómo funciona y por qué es controversial, FERN: http://www.fern.org/tradingcarbon
[ix] El carbono de los bosques, dinero en efectivo y crimen (Forest Carbon, Cash and Crime), Global Witness (2011): http://www.globalwitness.org/library/forest-carbon-cash-and-crime
[x] Los pueblos indígenas del Camerún, FPP:
Overview
- Resource Type:
- News
- Publication date:
- 24 November 2011
- Programmes:
- Climate and forest policy and finance Global Finance