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Impactos de las plantaciones de palma de aceite en las comunidades y el medio ambiente en Colombia: el caso de Mapiripán

Entrevista del FPP con Willian Aljure del municipio de Mapiripán, Departamento del Meta en los Llanos Orientales de Colombia y miembro de la red nacional de víctimas del conflicto armado CONPAZ (Comunidades construyendo paz en los territorios)

¿Dónde está Mapiripán y cómo es esa zona?

Mapiripán está en la región de los altiplanos de Colombia y es uno de los municipios más grandes del país. Tiene una gran diversidad cultural. Gran parte de la zona está constituida por las tierras tradicionales de los pueblos indígenas y su paisaje consta de pastizales, bosques en galería y humedales que sustentan una variedad muy amplia de plantas y animales, entre ellos peces y aves. El Gobierno ha identificado la zona como “gran barrera agrícola” y está promoviendo proyectos de ganadería y de desarrollo agroindustrial.

Mapiripán sufrió mucho durante el conflicto armado. Se hizo famoso por la masacre de 1997, una de las más grandes que han ocurrido en mi país a manos de los paramilitares. En 2005 la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Gobierno colombiano por su responsabilidad en la masacre.

La violencia en Colombia mató a nueve miembros de mi familia. Los últimos que murieron fueron mi padre y luego mi madre, que murió tras ser torturada. Me resulta muy doloroso recordar todo esto.

¿Cuándo comenzó el cultivo de palma de aceite en Mapiripán y cómo adquirieron la tierra para cultivarla?

Desde 2008, a pesar de que en Colombia hay leyes que impiden acumular tierra, las empresas de aceite de palma, entre ellas la empresa hispanoitaliana Poligrow, han entrado en la zona para comprar tierras y plantar palma de aceite en muchas fincas. En un caso la alcaldía, junto con la policía y el ejército, pero también con paramilitares, comenzó a desalojar y expulsar a la gente que vivía en esas tierras. Los sitios donde se ha plantado palma de aceite forman parte de los territorios que los pueblos indígenas Sikuani y Jiw han habitado desde tiempos ancestrales. Actualmente las empresas de las plantaciones de palma de aceite les impiden cazar y pescar allí. Muchos niños sufren malnutrición por llevar una mala dieta. El Gobierno colombiano no ha tomado una decisión sobre la solicitud de titulación de resguardos (reservas indígenas) que le hizo el pueblo indígena Sikuani hace más de 20 años, pero ha permitido que varias empresas planten palma de aceite en zonas que se ha pedido que queden incluidas en esos títulos de propiedad de dichas reservas.

En 2012 mis hermanos y yo tomamos la decisión de continuar con la reclamar de propiedad de nuestra finca, pero cuando llegamos a ella los paramilitares nos echaron y derribaron mi casa. Después nos llevaron a la base paramilitar. También llegó un abogado. En esta “reunión” había unas 30 personas armadas. Estaban intentando desplazarnos, yo creo, para adquirir la tierra y después pasársela a las empresas. Nos presionaron para que firmáramos los documentos de cesión de la finca, pero nos negamos. Los paramilitares nos dejaron ir, pero nos amenazaron diciéndonos que no podíamos denunciarlos porque el alcalde, el inspector de policía y otros funcionarios del Gobierno trabajaban para ellos. Nos dijeron que se enterarían inmediatamente si lo hacíamos. Así que no pudimos denunciarlos porque teníamos miedo. Sin embargo, posteriormente los paramilitares ordenador mi asesinato, pero gracias a Dios sobreviví, con la ayuda de organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos.

Fue entonces cuando me dije: “Ya estoy muerto, aunque siga vivo. Así que voy a denunciar todo esto”. Tuve que llamar por teléfono a un activista de la Comisión Intereclesial Justicia y Paz. Le llamé muy asustado y me sacó de Mapiripán con mi familia. En Colombia no tengo ningún tipo de protección. Solo viajo a Mapiripán con la Comisión, porque tengo miedo de que le pase algo a mi familia o a mí.

¿Cómo y por qué vino a Europa a compartir sus experiencias con el sector de la palma?

Había una gran campaña en mi contra impulsada por intereses agroindustriales. Decían que estaba contra el desarrollo y que manipulaba a las comunidades indígenas.

La Comisión Intereclesial Justicia y Paz me presentó a organizaciones internacionales como la Agencia de Investigación Ambiental y el Programa para los Pueblos de los Bosques (EIA y FPP respectivamente por sus siglas en inglés). Entonces me uní a los delegados que estaban viajando a Europa para informar a la sociedad civil, los Gobiernos y las organizaciones normativas, así como a los consumidores europeos, sobre los impactos que tienen las cadenas de suministro de aceite de palma en nuestras comunidades.

¿Qué hicieron ustedes durante esa gira y cuáles fueron los principales mensajes?

Durante la gira visitamos al Parlamento Europeo y la Comisión Europea para discutir cuestiones relacionadas con el medio ambiente, la energía, la agricultura, las relaciones exteriores, el comercio y el clima con los parlamentarios y los funcionarios de la CE a cargo de esas cuestiones. En Europa conocí a líderes indígenas y de la sociedad civil de otros tres países: Indonesia, Perú y Liberia. Estando juntos nos dimos cuenta de que éramos víctimas de las plantaciones de palma de aceite creadas para agrocombustibles y otros productos. También visitamos el puerto de Rotterdam, donde vi las chimeneas de las plantas donde se procesa aceite de palma.

Di mi testimonio personal directamente a las personas de las instituciones que visitamos. Dije: “Nadie me ha contado esta historia, la he vivido yo mismo. Quiero contarla para que la sociedad civil, los Gobiernos y las diferentes organizaciones que hay aquí conozcan la realidad de las cadenas de suministro de aceite de palma. La gente debe darse cuenta de que cuando consume biocombustibles, utiliza maquillaje y come galletas y carne de animales que han sido alimentados con productos de la palma, esos productos podrían estar manchados con la sangre no sólo de mi municipio, no sólo de mi país, sino también de todos y cada uno de los países donde se está produciendo este fenómeno”.

El Ministro del Posconflicto de Colombia dice que a pesar de las dificultades la palma de aceite en Mapiripán es un polo de desarrollo, y que es importante para atraer a empresas que desarrollen esta agroindustria. Sin embargo esta posición no parece abordar seriamente los daños ambientales, las violaciones de derechos humanos, la negación de derechos de los pueblos indígenas, o la violación de la legislación de la tierra que se esconde tras este cultivo agroindustrial.

Les expliqué que las plantaciones de palma utilizan 1,7 millones de agua al día, según documentos de Cormacarena. Hay partes de Mapiripán que son zonas de conservación de la naturaleza, pero la empresa está tratando de cambiar el uso del suelo con fines agroindustriales, con la complicidad de las autoridades municipales. Quieren construir una planta extractora para procesar el aceite junto a la Laguna de las Toninas, que es sagrada para los pueblos indígenas. Quieren establecer una zona económica libre. Este ecosistema está habitado por la nutria gigante, el delfín rosado del Amazonas y podemos encontrar bosques ribereños y humedales. Ni el Gobierno ni las instituciones han tomado medidas para evitar estos acontecimientos.

Las empresas dicen que estoy loco, pero, si es así, me encanta mi locura. Mi pasión es proteger el medio ambiente, defender los derechos humanos, luchar por la memoria de mi familia y reclamar la tierra que heredé de mi abuelo y mis padres. Mi locura es que no quiero que mis hijos sufran en el futuro como yo estoy sufriendo ahora. No se puede separar el medio ambiente de los derechos humanos. Sólo tenemos una Tierra, pero también tenemos una sola vida. Por eso es por lo que invito a los habitantes y las entidades de Europa a controlar las cadenas de suministro. Deben reconocer que la palma no sólo causa daños ecológicos, sino también humanos.

Ese es mi mensaje.

Para obtener más información:

CIJP. Los Claros Oscuros del Grupo Palmicultor Poligrow en Colombia. Comisión Intereclesial Justicia y Paz, Bogotá, 2015. Disponible en justiciaypazcolombia.com/Los-claro-oscuros-del-grupo-palmicultor-Poligrow-en-Colombia.

INDEPAZ y Somo. Reconquista y Despojo en Altillanura: El caso Poligrow en Colombia. 2015. Disponible enhttp://indepaz.org.co/wp-content/uploads/2015/11/DOCUMENTOS-CASO-POLIGROW-WEB/1.%20INFORME%20SOMO-INDEPAZ/Reconquista%20y%20despojo%20en%20la%20altillanura%20%20El%20caso%20Poligrow%20en%20Colombia%20-%20Informe%20SOMO-INDEPAZ.pdf

Vídeo Entre el Agua y el Aceite de Palma. Disponible en www.youtube.com/watch

Overview

Resource Type:
News
Publication date:
26 July 2016

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