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E-Boletín FPP Octubre 2011 (PDF Version)

Estimados amigos:

Tanto en África, como en Asia y en Latinoamérica los pueblos de los bosques están alzando su voz contra las continuas violaciones de sus derechos impuestas por planes de desarrollo y conservación que hacen caso omiso de sus intereses y les niegan su derecho a opinar. Estos pueblos van más allá de la resistencia, insistiendo en sus propias formas de manejar sus vidas, sus tierras y sus bosques.

En este boletín de noticias contamos cómo los conflictos que han surgido en torno a plantaciones impuestas de palma de aceite y de madera para pasta en la provincia de Riau de Sumatra, Indonesia, han conducido a brutales asesinatos por parte de las fuerzas de seguridad. Ahora se está repitiendo este mismo patrón de apropiación de tierras sin el consentimiento de los pueblos en África, donde el pueblo Bagyeli de Camerún es uno de los muchos pueblos de los bosques que están perdiendo sus tierras a favor de los promotores de plantaciones de palma de aceite. Más al este, en Camerún, los «pigmeos» Baka están protestando contra la forma en que los planes de conservación y de REDD están tomando  el control de sus bosques sin su participación. En una importante reunión celebrada en Manaos, en la Amazonia brasileña, los pueblos indígenas acaban de hacer pública una declaración en la que denuncian la forma en que políticos que se declaran defensores del medio ambiente, populistas, de izquierda o defensores de los pueblos indígenas están espoleando sin embargo el desarrollo de instalaciones petroleras y de gas, de minas y de presas en tierras de esos pueblos indígenas sin su consentimiento. Al otro lado del mundo unos abogados indígenas nepalíes han apelado a la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de la ONU, que censure la forma en que las políticas estatales niegan a los pueblos indígenas una participación efectiva y perjudican a las mujeres indígenas. Un taller dirigido a ONG y activistas indígenas en Camerún puso de relieve que hacen falta reformas jurídicas que aseguren los derechos de los pueblos, especialmente su derecho a controlar sus propios territorios, para detener estos continuos abusos.

Estas peticiones no han sido desoídas. Dos nuevos estudios realizados independientemente por el Banco Mundial y el Centro para la Investigación Forestal Internacional demuestran que las áreas controladas por comunidades son más eficaces para la conservación que las áreas protegidas excluyentes convencionales, y que los territorios de los pueblos indígenas son los más eficaces de todos. Respondiendo a la presión y a este tipo de pruebas, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, que está formulando con retraso su propia política sobre pueblos indígenas, se ve en la necesidad de tomar medidas que garanticen que sus proyectos respetan los derechos de los pueblos indígenas reconocidos en el derecho internacional. Esos dos estudios también deberían ser considerados por el Convenio sobre la Diversidad Biológica, que está celebrando dos importantes reuniones para examinar la mejor forma de garantizar que los países cumplen sus compromisos relacionados con la utilización sostenible y los conocimientos indígenas. Mientras tanto el Banco Mundial está revisando otra vez sus políticas de «salvaguardia», aunque el énfasis habría que ponerlo no tanto en la implementación como en las propias políticas, ya que unos nuevos estudios internos revelan una vez más el vergonzoso hecho de que sistemáticamente el personal del Banco Mundial no aplica las políticas ni los procedimientos que ya ha diseñado para proteger los derechos indígenas.

Dedicamos póstumamente este número del boletín electrónico a nuestro querido compañero Ricardo Carrere, que dirigió el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales durante muchos años. El propio Ricardo fue un técnico forestal que trabajó en plantaciones en su propio país, Uruguay, y luego dedicó su vida a defender los medios de subsistencia de los pueblos frente a la corriente arrasadora de las plantaciones de monocultivos que está avanzando por todo el mundo en desarrollo. La incansable campaña de Ricardo ha inspirado la labor de muchos, incluida la nuestra, en defensa de iniciativas alternativas de desarrollo y conservación basadas en el respeto de los derechos de los pueblos de los bosques.

Marcus Colchester, Director

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