Skip to content

El debate de la “deforestación cero”: los pueblos de los bosques, los “altos valores de conservación” y las “grandes reservas de carbono”

La urgencia de los llamamientos mundiales para frenar la pérdida de los bosques ha aumentado a la luz de renovados esfuerzos por combatir el cambio climático. Las estadísticas son claras: el rápido cambio en el uso de la tierra es una causa importante de las emisiones de los gases causantes del calentamiento mundial. En algunos países con bosques tropicales, como Indonesia, el desmonte de tierras para plantaciones de palma de aceite y madera para pasta está causando niveles de emisión enormemente elevados proveniente de los bosques arrasados y los pantanos de turba drenados. Las emisiones por habitante de Indonesia compiten con las de muchos países desarrollados. Por tanto lo lógico es frenar la pérdida de los bosques.

Durante el último año o dos y en respuesta a un intenso cabildeo e incidencia, una larga lista de empresas se ha comprometido públicamente a dejar de negociar con productos que “incorporan la deforestación”. Los detalles de los compromisos, por parte de productores, comerciantes, fabricantes e inversores, varían bastante. Hay principalmente tres incógnitas. Dado que son compromisos voluntarios y no requisitos legales, ¿cómo van a ponerlos en práctica, supervisarlos e imponer su cumplimiento? ¿Quién pagará los costos adicionales asociados al cambio de los sistemas de producción? ¿Cómo abordarán estos compromisos de “deforestación cero” la cuestión de los derechos y medios de vida de los pueblos de los bosques?

Obviamente al Forest Peoples Programme y a sus socios les preocupa especialmente la última pregunta, pero otro reto más básico es llegar a un consenso sobre lo que realmente significa “deforestación cero”. Para empezar, ¿qué se entiende por “bosque”? La historia nos enseña que originalmente el término “bosque” hacía referencia a un terreno apartado como reserva de caza para la realeza y que estaba sujeto a leyes forestales, uno de cuyos efectos más controvertidos fue la extinción o restricción de los derechos de los anteriores ocupantes y usuarios de la tierra (“pueblos de los bosques”). Este significado legal del término “bosque”, como jurisdicción o área sujeta a leyes forestales, sigue siendo el que se aplica en la mayoría de los países. Si bien eso es lo que dice la ley, mucha gente sigue sorprendiéndose al enterarse de que los “bosques” no necesariamente están cubiertos de árboles, aunque siempre haya sido así. A menudo las reservas de caza incluían brezales, praderas, sabanas y monte bajo, así como bosques. La incidencia y el cabildeo realizados por el FPP se centra precisamente en la forma en que las leyes forestales imponen restricciones a los derechos de los pueblos de los bosques y dan acceso preferente a las élites —hoy en día empresas industriales en vez de reyes.

En el lenguaje común, la palabra “bosque” ha adquirido el significado ecológico de zona cubierta de árboles. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) define “bosque” como un área con más de un 10 % de cubierta forestal, definición que incluye muchas clases de plantaciones (¡y también algunas ciudades frondosas!). Para algunos defensores de los bosques, “una plantación no es un bosque”, ya que para ellos es una superficie de vegetación natural cubierta de especies nativas de árboles. Durante un examen reciente se encontraron unas ¡1500 definiciones de “bosque”!

Para evitar quedarse estancados en cuestiones semánticas, en las primeras rondas de compromisos voluntarios a través de órganos tales como el Consejo de Administración Forestal (FSC por sus siglas en inglés) y la Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible, las empresas se comprometieron a no despejar zonas con “altos valores de conservación” (AVC). El sistema de AVC tiene como propósito asegurar que se apartan suficientes tierras para “mantener o aumentar” seis valores: especies raras, amenazadas o en peligro de extinción; ecosistemas y paisajes vitales; servicios críticos de los ecosistemas; zonas necesarias para satisfacer las necesidades básicas de las personas y su identidad cultural. Se ha creado una red con la finalidad de garantizar la correcta aplicación del sistema de AVC a través de la adopción de definiciones claras y principios de funcionamiento, la formulación de orientación sobre las mejores prácticas y la exigencia de un sistema de control de calidad. Por desgracia, precisamente porque se trata de procedimientos voluntarios no regulados, demasiadas evaluaciones de los AVC continúan haciéndose mal y a menudo no sirven para proteger los medios de vida de las comunidades.

El último concepto ideado para asegurar que se apartan adecuadamente zonas de bosque es el “enfoque de grandes reservas de carbono”, inicialmente concebido por Greenpeace y The Forest Trust y adoptado primero por el gigante de la palma aceitera Golden Agri-Resources y luego por su filial de madera para pasta Asia Pulp and Paper. Ahora el concepto está siendo ampliamente adoptado como forma práctica de identificar cuáles son los bosques que no deben ser tumbados para cumplir las promesas de “deforestación cero”. Inicialmente, como el FPP y su socio local TUK-Indonesia descubrieron, este enfoque se aplicó sin tener en cuenta los derechos y los medios de vida de las comunidades. Ahora se están realizando esfuerzos para integrar métodos que tengan en cuenta los altos valores de conservación y las grandes reservas de carbono y para garantizar que ambos tipos de métodos respetan los derechos a la tierra de las comunidades y solo se aplican siempre y cuando se obtenga el consentimiento libre, previo e informado de las mismas. Mientras tanto un estudio científico paralelo está elaborando otra noción de grandes reservas de carbono respaldado principalmente por empresas malayas de aceite de palma y Unilever a través del Sustainable Palm Oil Manifesto (Manifiesto de aceite de palma sostenible) (disponible solamente en inglés). Dicho estudio también está examinando cuidadosamente las implicaciones sociales de la aplicación del concepto de las grandes reservas de carbono.

Así que la buena noticia es que la mayoría de los métodos de “deforestación cero” respaldan la protección de los derechos de las comunidades. La mala noticia es que estos enfoques no cuentan con marcos jurídicos para poder ser efectivos. La mayoría de los compromisos de “deforestación cero” y el enfoque de las grandes reservas de carbono aún no tienen un mecanismo de denuncia con el que las comunidades puedan llamar al orden a las empresas si no garantizan sus derechos comunitarios. No obstante, en cuanto las empresas, las ONG y los Gobiernos se reúnen sobre el terreno para debatir lo que hay que hacer para que los compromisos de “deforestación cero” se hagan realidad, dichas empresas reconocen que eso es exactamente lo que hace falta.

Overview

Resource Type:
News
Publication date:
29 September 2015
Programmes:
Supply Chains and Trade Global Finance Territorial Governance Culture and Knowledge Conservation and human rights

Show cookie settings