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«Solos vamos más rápidos pero juntos llegamos más lejos» - Supervisión de tierras comunitarias

La supervisión basada en la comunidad para obtener pruebas de las violaciones de los derechos humanos y de los cambios en los ecosistemas fue el tema principal de un taller al que asistieron pueblos indígenas de seis países africanos.

Pueblos indígenas y comunidades locales de Liberia, Kenia, República Centroafricana, Camerún, República del Congo y la República Democrática del Congo, que están trabajando para proteger sus territorios ancestrales, están utilizando tecnología móvil para recopilar datos tangibles con los que abordar cuestiones tales como la tala ilegal y la deforestación, la apropiación de tierras, los daños a los cultivos por parte de la fauna y flora silvestres y los abusos contra los derechos humanos.

Asistieron a una conferencia de tres días sobre técnicas de supervisión para apoyar su labor. La finalidad del programa era mejorar la capacidad de los pueblos indígenas para proteger sus tierras, fortalecer sus capacidades para defender causas y ofrecerles la oportunidad de establecer contacto con las autoridades pertinentes para reforzar la protección de los bosques y la gobernanza.

Los representantes de la comunidad Sengwer, del bosque de Embobut en Kenia, hablaron de su lucha continua con el Servicio Forestal de Kenia, que desde hace varios años los está desalojando por la fuerza de las colinas de Cherangani y quemando sus casas.

Paul K. Kibet, un miembro de la comunidad Sengwer que ha intervenido en el seguimiento de estas violaciones durante tres años, dijo: «En nuestra tierra han pasado muchas cosas durante muchos años pero no se ha documentado nada, no hay registros de nada. Por eso que decidimos formar este equipo de supervisión con el que poder reunir pruebas sólidas para hacer frente a cualquier tipo de injusticias. Este tipo de reuniones de intercambio es muy importante para poder intercambiar ideas, experiencias y problemas, porque la verdad es que los problemas se extienden por las tierras de prácticamente todos los pueblos indígenas. Es interesante saber cómo algunos pueblos han tenido éxito mientras que otros siguen marginados por las autoridades. El diálogo es importantísimo para pasar ideas e información de unas comunidades a otras».

Durante el taller se pidió a los participantes que identificaran los retos a los que se enfrentan, resaltaran casos de éxito y se centraran en cómo recopilar información de forma precisa y segura. Se debatieron las trabas que dificultan la participación así como formas de incluir a más personas, como por ejemplo las mujeres, personas con discapacidad o personas que tienen una alfabetización precaria.

A la hora de debatir posibles soluciones para zonas remotas con mala comunicación, sin electricidad y a menudo mala cobertura para dispositivos móviles los asistentes contaron con el asesoramiento de expertos técnicos.

Otro delegado, Timothee-Dimitri Epoutangongo de la República del Congo, dijo: «Tomé muchos apuntes durante los tres días. Ahora quiero llevarlos al pueblo donde vivo y explicárselos a mis vecinos. Nunca he utilizado la tecnología, así que es totalmente nueva para mí. Creo que habría que realizar un taller de estos cada año. Es muy importante compartir nuestra labor con otros países para que podamos proteger juntos nuestros derechos».

Este fue el segundo curso de este tipo, organizado por el Forest Peoples Programme o FPP (Programa para los Pueblos de los Bosques) con la Organización para el Desarrollo y los Derechos Humanos en Congo (ODDHC). El primero se desarrolló en Yaundé, Camerún, en 2015, y el tercero está previsto para 2018.

La supervisión basada en la comunidad se realiza de forma voluntaria, y las propias comunidades controlan y gestionan el proceso, desde determinar qué hay que supervisar a recopilar los datos y decidir cómo utilizar las conclusiones.

En Liberia, donde la supervisión comunitaria comenzó en 2013, se ha impedido una apropiación de tierra para cultivar palma de aceite. También hubo otros países que notificaron éxitos a los pocos meses de empezar a recabar información.

Viola Belohrad, jefa de proyectos del Forest Peoples Programme, dijo: «La supervisión basada en la comunidad puede ser una potente herramienta para aumentar el respeto de los derechos humanos así como para mejorar la seguridad de la tenencia de la tierra y la gobernanza comunitaria de los bosques. Dado que muchas comunidades viven en zonas sumamente remotas, encontrar herramientas tecnológicas adecuadas puede resultar complicado. El taller de Brazzaville fue una oportunidad excelente para que las comunidades compartieran las lecciones que han aprendido y las experiencias que han tenido».

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