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Defensores de los derechos humanos e indígenas que visitan la UE exigen protecciones para los derechos más sólidas en las empresas de productos agrícolas y en las políticas para el comercio y la inversión libre de deforestación

ÁMSTERDAM— (15 de febrero de 2018) Una delegación de catorce líderes y defensores de derechos humanos de países forestales lanzaron hoy un llamado a la acción y un informe completo con grupos de la sociedad civil estableciendo las medidas necesarias para proteger a los defensores de derechos humanos y presentar soluciones basadas en los derechos para detener la destrucción de los bosques e impedir el cambio climático.

Al concluir un foro de tres días sobre el comercio sostenible, los derechos humanos e indígenas y la deforestación, celebrado en Ámsterdam, la delegación de 11 naciones forestales emitió una declaración advirtiendo a la UE y sus estados miembros que el sistema de comercio mundial, en violación de las promesas hechas en ambos extremos de la cadena de suministro, sigue produciendo y vendiendo zapatos, carteras, carne de res, comida para animales, chocolates, oro y biocombustibles que están destruyendo las vidas y los medios de vida de los pueblos de los bosques en los países forestales.

“Incluso las llamadas industrias legales se encuentran frecuentemente vinculadas a la corrupción, la violación de los derechos comunales a la tierra y la impunidad por los impactos ocasionados sobre el medioambiente y los derechos humanos, debilitando las instituciones democráticas locales”, dijo la declaración de una delegación compuesta por individuos de Colombia, Perú, Paraguay, Guyana, Surinam, Argentina, Liberia, Camerún, la República Democrática del Congo, Malasia e Indonesia. “En todas partes, en todo el mundo, nuestros pueblos se encuentran bajo una presión creciente; están siendo expulsados de sus territorios y abusados y asesinados por los secuaces de los intereses comerciales internacionales”.

Los miembros de la delegación hablaron hoy en dos eventos celebrados en los países bajos: en una conferencia de prensa en Ámsterdam y en una reunión especial en la Haya con miembros de una comisión parlamentaria permanente sobre el comercio exterior y la cooperación para el desarrollo. Viajarán a Bruselas y Londres la semana próxima para reunirse con los formuladores de políticas de Europa y el Reino Unido, y grupos de derechos humanos y medioambientales.

Invitada por dos grupos de la sociedad civil, el Forest Peoples Programme, con sede en el Reino Unido, y Both ENDS, con sede en Ámsterdam, la delegación llegó a Europa en un momento crítico para la UE, en el cual se encuentra enfrentando una fuerte oposición por parte de Malasia e Indonesia a una propuesta para implementar la primera eliminación gradual a nivel mundial de un producto agrícola vendido en la UE: el aceite de palma para biocombustibles. Los dos países del sudeste asiático, con participaciones cada vez mayores en plantaciones de aceite de palma en África y Latinoamérica, siguen ejerciendo una presión fuerte con el fin de debilitar la propuesta de eliminación gradual. Un estudio reciente de Rainforest Foundation Noruega sugiere que sin esta reducción gradual, para el año 2030 el cubrir la demanda mundial resultaría en la pérdida de 45 000 kilómetros cuadrados (17 374 millas cuadradas) de bosques, un área del tamaño de los Países Bajos.

“La respuesta es que la UE y los estados miembros implementen regulaciones vinculantes y fortalezcan los esquemas voluntarios de certificación de productos para proteger mejor a las comunidades y los bosques afectados por el desarrollo de los agronegocios y el comercio de productos que generan conflictos”, dijo Mina Bayan de la organización Empresarios Sociales para el Desarrollo Sostenible (SESDev por sus siglas en inglés) de Liberia.

El nuevo informe compartido por los delegados con los responsables de la toma de decisiones del Gobierno holandés, un trabajo de colaboración entre el FPP y los líderes que representan a los pueblos indígenas y las comunidades rurales de Latinoamérica, África y el sudeste de Asia, concluye que los problemas que enfrentan los pueblos de los bosques son universales, ya sea que las amenazas vengan de las industrias agrícolas y del comercio de productos que generan conflicto o de las políticas de conservación de los bosques anti-pueblos.

“Si esta tendencia a la deforestación continúa nuestros pueblos y nuestra cultura desaparecerán”, dijo Shapiom Noningo Sesén, un líder de la nación Wampis de la Amazonía peruana. “Únicamente si presentamos resistencia podemos sobrevivir. Si los consumidores europeos no saben o no están seguros de dónde vienen sus productos, esto significa el fin de la humanidad. Deben preguntarse de dónde provienen las materias primas y exigir cambios a las empresas y los gobiernos. Esta es mi conclusión."

En sus recomendaciones publicadas hoy, la delegación hizo un llamado a la UE y sus estados miembros para que introduzcan y aprueben una legislación positiva que cerraría las lagunas jurídicas, y que además exijan la diligencia debida en materia de derechos humanos fortalecida y sólida por parte de las empresas, los comerciantes y los inversores, para las cadenas de suministro de los productos que generan conflictos y que presenten riesgos para los bosques. En la actualidad, la legislación permite a las empresas y los bancos evitar las acciones efectivas para prevenir y eliminar los abusos de derecho humanos, detener el despojo de tierras y la destrucción de los bosques alimentada por la expansión de los agronegocios en los bosques naturales y los territorios de los pueblos indígenas y las comunidades locales. La delegación pidió medidas urgentes y específicas por parte de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil para fortalecer la protección de los defensores de los derechos humanos a nivel local, nacional y mundial.

"Si el objetivo es el de salvar los bosques, cualquier propuesta de desarrollo debe incluir de manera efectiva a las comunidades indígenas y locales y aplicar protecciones sólidas para sus derechos,” dijo el señor Jamer López Agustín, un líder del pueblo Shipibo-Konibo de la Federación de Comunidades Nativas del Ucayali y Afluentes (FECONAU) en la Amazonía peruana. “Hemos demostrado que superamos a todos los demás manejadores de los bosques en la conservación y la sostenibilidad de los bosques tropicales que contienen la mayoría del carbono”, añadió.

El señor López Agustín y sus compañeros de la delegación también exigieron que se les pida a las empresas y los inversores completar una diligencia debida de derechos humanos y de derechos a la tierra mucho más sólida en sus operaciones de negocios, comerciales y de inversión, citando la resistencia de los gobiernos nacionales y locales a dar voz a los pueblos de los bosques para determinar el destino de sus tierras y recursos.

El señor Franco Segesso de la Unión de Trabajadores de la Tierra (Utt) de Argentina dijo: “Los países como los Países Bajos son grandes importadores de soja y sus productos, aunque el cultivo industrial de la soja en mi país está vinculado al desplazamiento forzado de comunidades, la fumigación masiva de comunidades rurales por parte de los cultivadores de la soja, la deforestación ilegal y el daño de los ecosistemas acuáticos”.

La agricultura industrial es el principal motor de la deforestación tropical, y a pesar de esto la financiación de las prácticas agrícolas habituales y de las plantaciones de monocultivos desde 2010 han sido casi 40 veces mayores que la financiación para la protección de los bosques. Según noticias recientes vinculadas a un evento comercial en Kuala Lumpur durante la última semana, funcionarios de los gobiernos de Suecia, Francia, el Reino Unido y los Países Bajos emitieron declaraciones, que la prensa de Malasia planteó como la expresión de oposición a la propuesta de la UE.

En relación con los proyectos forestales y climáticos y los fondos mundiales para el clima que canalizan el dinero hacia la conservación de los bosques en todo el mundo, los delegados visitantes resaltaron la necesidad de políticas basadas en los derechos mucho más efectivas y el respeto de los derechos de las comunidades de los bosques. “Para garantizar que los proyectos climáticos hacen lo que se supone que deben hacer, recomendamos que se evalúen y auditen los derechos humanos y el cumplimiento de la tenencia de la tierra en cada etapa ", dijo el señor Edisutrino, subdirector de TuK Indonesia, una organización que apoya a las comunidades afectadas por crímenes corporativos ligados a productos, como por ejemplo las plantaciones industriales de árboles (HTI), y otras empresas explotadoras. “Y el proceso completo debe realizarse con plena transparencia y la participación de los pueblos de los bosques”, agregó.

A lo largo de su visita, los delegados están subrayando los esfuerzos positivos de las comunidades y las propuestas de base para el mantenimiento de los últimos bosques que quedan en el mundo, localizados en sus tierras ancestrales y sus territorios consuetudinarios. Ron James, del Sur de Guyana en América del Sur declaró: “Tenemos propuestas para un gran bosque comunitario que cubre más de un millón de hectáreas de bosque tropical antiguo, que es sagrado para nuestro pueblo. Es nuestra madre bosque. Lo que buscamos es el reconocimiento, la seguridad legal de la tierra y el apoyo internacional de nuestra iniciativa que beneficiará a nuestros pueblos y a las generaciones futuras y proporcionará beneficios de vida para todos los pueblos de la Tierra”.

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