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El camino a seguir después de la 21ª sesión de la Conferencia de las Partes de París, riesgos y oportunidades para los pueblos indígenas

Los resultados de la cumbre del clima celebrada por la ONU en París relacionados con los derechos humanos fueron débiles, pero abrieron el camino hacia un mayor reconocimiento de los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas en las políticas y acciones climáticas dentro del régimen climático internacional a partir del 2020.

Asegurar los derechos de los pueblos indígenas sobre la tierra y el cumplimiento efectivo de la norma del consentimiento libre, previo e informado (CLPI) será crucial para garantizar la legalidad y la sostenibilidad en la implementación y financiación de los  programas climáticos.

Cientos de representantes de pueblos indígenas de todo el mundo, entre los que se encontraba una delegación de socios del Forest Peoples Programme o FPP (Programa para los Pueblos de los Bosques) de Guyana, Kenia y Perú, asistieron a la Conferencia de las Partes de la CMNUCC (COP 21) que se celebró en París en diciembre de 2015.

El objetivo de dichos representantes era poner de relieve el papel positivo de los pueblos indígenas en la mitigación y la adaptación, su vulnerabilidad a condiciones climáticas extremas, y la convocatoria de un marco sólido de derechos humanos para cualquier acuerdo intergubernamental sobre la política y la acción climáticas. Los pueblos indígenas celebraron consultas con diferentes partes interesadas, crearon una plataforma común, estuvieron atentos a las negociaciones, llevaron a cabo una serie de acciones y mantuvieron contactos con la sociedad civil y los movimientos sociales fuera de la sede oficial.

La principal exigencia entre los pueblos indígenas y las organizaciones de la sociedad civil fue que la Conferencia de las Partes adoptara un lenguaje operativo en materia de derechos humanos –que también incluyese los derechos de los pueblos indígenas– en el Acuerdo de París. Eso lo convertiría en obligatorio para las Partes y las instituciones con el fin de garantizar el pleno respeto de los derechos de los pueblos indígenas en cualquier nuevo régimen climático.

El resultado final de una larga batalla política en torno al artículo 2 –en la que los pueblos indígenas hicieron un enérgico y persistente llamamiento a favor de hacer referencia a los derechos humanos en la sección operativa de las decisiones de la COP 21– fue que dichos derechos acabaron siendo considerados únicamente en el preámbulo del Acuerdo. Este resultado quedó muy  lejos de las expectativas de los pueblos indígenas y el movimiento por la justicia climática. En términos generales, las deliberaciones intergubernamentales mantenidas en París dejan muchas lagunas en el camino hacia la reducción de las emisiones de carbono, la limitación del aumento de la temperatura media mundial y la eliminación progresiva de la utilización de combustibles fósiles.

Más bien, la posible reiteración de «falsas soluciones» respaldadas públicamente por la Conferencia de las Partes, como la bioingeniería (bioenergía con captura y almacenamiento de carbono) o la adquisición de tierras a gran escala y las plantaciones industriales para el secuestro de carbono o la obtención de biomasa, podría poner en peligro los derechos de los pueblos indígenas sobre su tierra y sus medios de vida. Se calcula que se necesitarían cerca de 700 millones de hectáreas de tierra para cultivar la biomasa destinada a generar bioenergía con captura y almacenamiento de carbono.

En cuanto a otra «falsa solución», el comercio de carbono, la COP 21 lanzó un nuevo mecanismo de mitigación para sustituir el Mecanismo para un Desarrollo Limpio (MDL) por un órgano dedicado al comercio de carbono.  Las Partes tendrán que adoptar reglas, modalidades y procedimientos para el mecanismo en la primera reunión de las Partes en el Acuerdo de París, teniendo en cuenta que la finalidad del mecanismo será mitigar los gases de efecto invernadero «fomentando al mismo tiempo el desarrollo sostenible».

Por otra parte el nuevo Grupo de Trabajo Especial sobre el Acuerdo de París elaborará una guía para contabilizar las absorciones de gases de efecto invernadero en las cuentas nacionales de carbono y establecerá un sistema de contabilización y notificación del uso de la tierra.  El reto para los pueblos indígenas y las organizaciones que los apoyan es evitar el riesgo de que los medios de vida tradicionales de dichos pueblos sean incluidos en las listas de motores de la deforestación, y asegurarse de que se apliquen criterios de contabilización del uso de la tierra que respeten los derechos de los pueblos indígenas sobre la tierra y tengan en cuenta los sistemas de tenencia colectiva de la misma.  La importancia fundamental del derecho de los pueblos indígenas sobre su tierra a la hora de mitigar el cambio climático y adaptarse al mismo –requisito previo clave para la correcta aplicación de los conocimientos tradicionales– fue destacada en el evento de prelanzamiento del Llamamiento Mundial a la Acción sobre los derechos a la tierra de los pueblos indígenas y las comunidades, organizado conjuntamente por el FPP, AIPP, AMAN, RRI y Oxfam en el Pabellón de los Pueblos Indígenas ubicado en Le Bourget. Este evento contó con la presencia de más de un centenar de participantes indígenas y representantes de Gobiernos. El evento dio lugar a que muchas organizaciones y aliados firmaran el llamamiento mundial.

El acto de entrega del Premio Ecuatorial del PNUD celebrado el 7 de diciembre en París fue un gran éxito y tuvo mucha asistencia. La Asociación para el Desarrollo de los Pueblos del Sur Central (SCPDA por sus siglas en inglés), socia del FPP, fue una de las 21 organizaciones de todo el mundo que recibieron el premio. La SCPDA recibió este reconocimiento de la ONU por su trabajo innovador en relación a los medios de vida, el monitoreo forestal  y los derechos sobre la tierra en el territorio Wapichan, en el sur de Guyana, América del Sur.

El Acuerdo final de París subraya la importancia de los bosques como herramienta para la mitigación, mediante pagos basados en los resultados y  enfoques de política alternativos (artículo 5). La importancia de los ecosistemas, el uso múltiple de los bosques y de los patrones de producción y consumo sostenibles también se reconoce en el Acuerdo, lo que ofrece potencial para actividades de lucha contra los impulsores de la deforestación y las emisiones debidas al uso de la tierra. En el evento la SCPDA fue nominada para presentar una declaración de los ganadores referente a los bosques, en la cual subrayaban la importancia fundamental de garantizar los derechos territoriales de los pueblos indígenas y las comunidades en los esfuerzos mundiales y nacionales por combatir la deforestación y el cambio climático.

Las negociaciones de seguimiento en torno a la adaptación serán una oportunidad importante para los pueblos indígenas. El artículo 7.5 del Acuerdo de París reconoce la relevancia de los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas: «Labor de adaptación debería llevarse a cabo mediante un enfoque que deje el control en manos de los países, responda a las cuestiones de género y sea participativo y del todo transparente, tomando en consideración a los grupos, comunidades y ecosistemas vulnerables, y que dicha labor debería basarse e inspirarse en la mejor información científica disponible y, cuando corresponda, en los conocimientos tradicionales, los conocimientos de los pueblos indígenas y los sistemas de conocimientos locales».

Si bien las negociaciones de la CMNUCC continuarán definiendo las cuestiones prácticas y los procedimientos relacionados con el Acuerdo de París, el riesgo real que corren los bosques y los derechos de los pueblos indígenas radica en la implementación y aplicación de soluciones basadas en el mercado. Por ejemplo, la Conferencia de las Partes reunida en París dio al Fondo Verde para el Clima (FVC) el mandato de acelerar la prestación de apoyo para pagos basados en los resultados destinados en REDD+, principalmente bajo la presión de Noruega.

Teniendo en cuenta el débil sistema provisional de salvaguardia del FVC, el empuje para aumentar la cantidad de fondos a desembolsar (de 168 millones de USD en 2015 a 2500 en 2016) y la falta de capacidad para hacer frente a las cuestiones relacionadas con los pueblos indígenas (como el consentimiento libre, previo e informado [CLPI]), hay un riesgo significativo de provocar una carrera hacia el fondo del abismo que podría perjudicar gravemente  los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades.Durante la Conferencia de París, el FPP y Tebtebba presentaron una nota informativa sobre un estudio del primer proyecto de mitigación financiado por el Fondo Verde para el Clima en los humedales peruanos, proyecto que será desarrollado por la entidad peruana acreditada PROFONANPE.

El informe destaca la necesidad de que el Fondo cree sólidos mecanismos de monitoreo, cumplimiento y recursos así como una política de pueblos indígenas basada en instrumentos internacionales de derechos humanos, como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas.  También se han planteado estas y otras cuestiones, como la urgencia de desarrollar y adoptar una orientación sobre el CLPI y asegurar el acceso directo a fondos para actividades de monitoreo basadas en la comunidad, en una presentación conjunta del FPP y Tebtebba sobre el sistema de manejo ambiental y social del FVC firmada por más de 60 organizaciones de pueblos indígenas y grupos que los apoyan, unas semanas antes de que la Junta del FVC se reúna en Corea en marzo de 2016.

Overview

Resource Type:
News
Publication date:
23 February 2016
Programmes:
Climate and forest policy and finance Global Finance

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